La Biblia dice: "Cierto día, poco tiempo después, Jesús subió a un monte a orar y oró a Dios toda la noche" (Lucas 6:12 NTV), sabemos que la oración es una de las herramientas que tiene el cristiano para comunicarse con Dios, a través de esta se puede hablar con Dios y darle gracias por sus maravillas en nuestra vida, también la oración nos permite pedirle a Dios por nuestras necesidades. La oración en si misma no tiene poder, se trata de una muestra de sumisión total a Dios, para que su poder si es su voluntad se manifieste en nosotros. Recientemente aprendí lo importante que es orar incluyendo a nuestros semejantes, por lo regular es más sencillo pedir para nuestra causa, y esto es justificable porque todos tenemos necesidades de que Dios intervenga en nuestra vida. El pasaje con el que inicio describe que después de orar toda la noche, al amanecer llamo de entre sus discípulos a los doce (v.13), así que la oración de intercesión es muy importante, ya que el mayor beneficiado es él intercesor. Hace poco visite el website de una iglesia que tenía publicadas de manera muy reservada las peticiones de personas de varias partes del mundo, incluía un botón después de cada breve texto, para darle clic si se quería orar por esta petición, aparecía un mensaje de agradecimiento si se queria orar, me pareció una idea magnifica, no solo porque el necesitado podía tener más personas unidas a su petición, sino que desde mi punto de vista es una oportunidad para convertirse en un intercesor. Problemas familiares, con drogas, enfermedades terminales, problemas económicos, migración, interpersonales, etc. el rogarle a Dios por otras personas, nos hace reconocer que Dios tiene cuidado de nosotros y nos ama, nos permite experimentar la gracia salvadora de Jesús, nos convierte en veradedros discipulos del maestro.
miércoles, 18 de mayo de 2011
viernes, 13 de mayo de 2011
La Lucha contra Gigantes
Después de semanas de ausencia, estoy nuevamente escribiendo, y por un instante puedo sentir tal vez un poco de lo que el ejercito de Israel sintió al luchar contra los filisteos, al escuchar y ver el reto que fue lanzado por el gigante Goliat, nos había amenzado el gigante, nadie quería hacerle frente, su voz seguramente se escuchaba en todo el valle Efes-damim, se dice que tenía más de 3 metros de altura, experimentado en guerra, sangriento un torre con el objetivo de destruir a los hijos de Dios. Cuantas veces te has sentido cautivo por un gigante de este siglo, hoy en día también quieren destruir a los hijos de Dios, si tomaste una decisión por seguir a Cristo por sobre todas las cosas, vendrán a ti los más grandes gigantes para hacerte desistir. La lujuria, la idolatría, la falta de compromiso en la Iglesia, la flojera, la falta de empleo, la pornografía, el miedo a lo desconocido, la fata de interés en lo importante, la dureza de corazón, tal vez estarás tentado a decir lo que le respondán a Jesús sus seguidores, le pedirás tiempo para asegura a tu familia, tu carrera, enterrar a tus muertos, tu estabilidad económica (Juan 6:66) estarás en el valle de Efes-damim frente a tí los gigantes. El salmista (23) dice que pasaremos por el valle de la muerte. Sin embargo la esperanza Cristo esta junto a nosotros. David se enfrento sin armadura, sin apoyo de la familia, con la duda del pueblo y la lastima del rey al gigante Goliat. Su fe en Dios, no importa lo que pasaría la única verdad es que Dios esta con el, David le dijo: "Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor *Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a los que has desafiado." (1 Samuel 17:45 NVI), Hoy puedo experimentar algo de esta escena, ya que estoy enfrentando a gigante durante esta etapa de mi vida, al igual que todos los cristianos enfrentaremos estas batallas, estaremos en el valle, pero confío en la promesa de Dios "De Jehová es la batalla y él os entregará en nuestras manos" (v 46 rv60), no lo olvides. Imagina tener detrás de tí este apoyo, esta confianza. Necesitamos doblar nuestra rodilla y rogarle a Dios que entregue a los gigantes en nuestras manos. Alabale, no se cual es la batalla que estás enfrentando pero no dejes vencerte aferrate de la palabra de Dios. Sigue al Maestro Jesús. ( 1 Samuel 17)
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