jueves, 9 de diciembre de 2010

¿Qué barca eliges? ¿La del Señor?

Cuando Jesús sube a la barca los discípulos le siguieron, al poco tiempo Jesús se duerme y los discípulos tranquilos se quedan sentados uno al otro, tal vez hablando sobre los eventos de esa tarde, el mar tranquilo, sin embargo, de repente llegó una tormenta con vientos muy fuertes, y causo una sensación de miedo, pánico, intranquilidad en los discípulos, seguramente se hicieron la pregunta ¿Qué va a pasarnos? gritaron al maestro para despertarlo porque pensaban que la muerte llegaría. Jesús se levanta y les pregunta ¿Porqué tanto miedo? Hombres de poca Fe y calmo la lluvia y todo regreso a la tranquilidad. (Mateo 8:23-31). La vida siempre se presenta con situaciones ,que como humanos parecen difíciles, que nos quitan la tranquilidad, a pesar de que Jesús esta con nosotros. Él subió a la barca y le siguieron dice el pasaje (v. 23), Jesús sabía que la tormenta llegaría, pero quiere que le sigamos, el sabe que estaremos expuestos a situaciones de tormenta, tal vez las velas se rompan, tal vez se dañe el timón, pero Jesús esta en medio de nosotros, esta aun lado de nosotros, y en medio de la calamidad aparente debemos buscarlo y pedirle ayuda (v. 25), decirle que quite nuestros temores que confiamos en Él, que nos salve. Él se levantará y calmará todo y en un abrir y cerrar de ojos, todo estará tranquilo (v. 26) nos dará paz, resolverá el problema para enseñarnos, y formar nuestro carácter pero también: evaluará nuestra fe. Veo que el Señor me enseña en este verso un mandamiento cuando entro en la barca del ministerio, de la vida cristiana "Seguirlo" las apariencias de tomar el camino por tierra firme y estable a mi entender, no es el que Jesús quiere para mí, el mandamiento es seguirlo, porqué hay una promesa siempre estará ahí para resolverlo todo. Una vida en el ministerio es seguir a Jesús por encima de cualquier cosa, el tiene el control de todo lo que ocurre, puede ser que la situación me lleven hasta el límite sin embargo al final debo entender que siempre estará junto a mi, disponible para atender mi necesidad y calmar la tempestad. Así que puedo apropiar este pasaje y decir el versículo 23 "Luego Jesús subió a la barca y yo subí también y le seguí " así que necesito centrar mi atención en Jesús. "Luego subió a la barca y sus discípulos lo siguieron." (Mateo 8:23) NVI. Así que la atención no debe estar en el problema sino en Jesús.

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