viernes, 5 de noviembre de 2010

Armonía

La Biblia describe la forma en que las personas deberían tratarse. No importan si estas dentro de la Iglesia o fuera de ella, puedes ser un estudiante, un trabajador, una ama de casa o un profesionista. Las relaciones interpersonales son la forma de interactuara. Jesús a través de las cartas de Pablo nos enseña lo más importante para poder llevar a cabo esta tarea. Esta es una forma de sanar o reparar las relaciones rotas con nuestros semejantes. En el cuerpo de Cristo no puede haber separación, todos deben estar unidos haciendo su labor. Cuando esto por nuestro razonamiento limitado rompe con el orden que Dios ha establecido, las consecuencias se hacen presentes. Muchos piensan que les afecta o que ni siquiera creen, sin embargo en su interior siempre existe un vacío que no podrá llenarse a menos que obedezcamos a Jesús y esto no puede ser hasta que creamos en él. ¿tratarías de cambiar la forma en que te relaciones con los demás? La Biblia dice: " 18 En realidad, Dios colocó cada miembro del cuerpo como mejor le pareció. 19 Si todos ellos fueran un solo miembro, ¿qué sería del cuerpo? 20 Lo cierto es que hay muchos miembros, pero el cuerpo es uno solo. 21 El ojo no puede decirle a la mano: «No te necesito.» Ni puede la cabeza decirles a los pies: «No los necesito.» 22 Al contrario, los miembros del cuerpo que parecen más débiles son indispensables, 23 y a los que nos parecen menos honrosos los tratamos con honra especial. Y se les trata con especial modestia a los miembros que nos parecen menos presentables, 24 mientras que los más presentables no requieren trato especial. Así Dios ha dispuesto los miembros de nuestro cuerpo, dando mayor honra a los que menos tenían, 25 a fin de que no haya división en el cuerpo, sino que sus miembros se preocupen por igual unos por otros. 26 Si uno de los miembros sufre, los demás comparten su sufrimiento; y si uno de ellos recibe honor, los demás se alegran con él. 27 Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno es miembro de ese cuerpo." (1 Corintios 12:18-27) Seguir la forma en que Jesús nos manda tratarnos dentro de su Iglesia o fuera de ella, exige una verdadera decisión, no es un método más es la forma en que debemos manejarnos, esto podría cambiar tu vida de una manera radical. ¿Te gustaría seguir a Jesús?

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